Un "no" rotundo. Esa fue la contundente respuesta que recibió el príncipe William cuando propuso el uniforme que quería usar para su matrimonio con Kate Middleton.
Pero el "no" venía de una autoridad a la que nada se le podía discutir, por más que se tratara de una elección tan personal como la ropa. Fue la mismísima voz de la reina Isabel II la que no le permitió a su nieto lucir el vestuario que había elegido para casarse.
William había seleccionado su uniforme de levita de caballería doméstica para caminar hasta el altar. Su elección era una decisión que respondía al gusto de vestir el atuendo de los Blues & Royals de la Guardia Real, al que se había unido como oficial de ejército en 2006 después de realizar un curso de más de 10 meses, y en el que estaría hasta 2009.
Pero la reina Isabel II quería que se pusiera el uniforme de la Guardia Irlandesa y no la vestimenta real, a sabiendas que Kate Middleton luciría un diseño de Alexandra McQueen. La monarca tenía una razón poderosa, ya que había nombrado a William coronel del ejército irlandés.
Según revela Harry en su libro, "Willy estaba triste por tener tan poco que decir sobre lo que vestía el día que se casó, porque le quitaron su autonomía. Varias veces me había dicho que se sentía frustrado".
El hermano menor del novio recordó en "Spare" que William le pidió encarecidamente que lo dejara usar su uniforme, pero Isabel II no quiso. "Como heredero, debe usar el Ceremonia Número Uno, decretado", ironizó Harry.
Paradojalmente, cuando Harry se casó con Meghan Markle, él sí pudo utilizar el traje que quisiera. ¿Y cuál eligió? El que no le dejaron usar a su hermano cuando se casó con Kate, el de la caballería Blues & Royals de la Guardia Real con levita. El mismo que William sí pudo lucir para ese matrimonio.
La boda de William y Kate en 2011...