El príncipe Harry fue acusado de ser un "criminal de guerra" por el régimen fundamentalista iraní después de que se jactara de abatir a 25 combatientes talibanes durante las seis misiones donde combatió en Afganistán, en 2012.
Teherán hizo el anuncio sobre el Príncipe Harry después de ejecutar a un ciudadano del Reino Unido acusado de ser un espía del MI6. Fue una crítica hacia el Reino Unido después de ordenar la pena capital para Alireza Akbari.
Akbari, quien tenía doble ciudadanía británica e iraní, fue presuntamente torturado y forzado a una confesión falsa, según informaron los medios del Reino Unido. El exfuncionario de Defensa había negado todos los cargos en su contra y estaba en prisión desde 2019.
El duque de Sussex habló de haber eliminado a 25 talibanes en las misiones de Afganistán y se refirió a ellos como "piezas de ajedrez que sacas del tablero". Luego, Harry dijo que los comentarios fueron sacados de contexto y calificó las críticas como una "mentira peligrosa". Ex compañeros de armas del hijo del Rey Carlos III y expertos militares calificaron los dichos como "una tontería".
Del mismo modo, explicaron que Harry ha comprometido su propia seguridad y la de su familia y que perfectamente podría ser un blanco para grupos extremistas.
La dura respuesta de Irán
"El alboroto del régimen británico y el apoyo a Londres de algunos autoproclamados defensores europeos de los derechos humanos es solo una señal de su evasión y violación de la ley", dijo furioso el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Kan'ani.
“La intrusión de Gran Bretaña en la seguridad nacional de la República Islámica de Irán ha recibido una respuesta decisiva de la inteligencia y del poder judicial iraní", dijo, y agregó que "el régimen británico, cuyo miembro de la familia real ve el asesinato de 25 personas inocentes como una eliminación de piezas de ajedrez y no se arrepiente del tema, y ??aquellos que hacen la vista gorda ante este crimen de guerra, no están en posición de predicar a otros sobre derechos humanos".
Akbari fue condenado a muerte por "corrupción en la tierra y daño a la seguridad interna y externa del país al transmitir inteligencia".
El primer ministro británico, Rishi Sunak, dijo que estaba "consternado" por la ejecución por parte de Teherán. Declaró que "este fue un acto insensible y cobarde, llevado a cabo por un régimen bárbaro que no respeta los derechos humanos de su propio pueblo".
La muerte de Akbari profundizó las ya tensas relaciones entre Irán y el Reino Unido. Y que Harry aparezca en medio del entuerto complica aún más las cosas.