Una nueva prueba de hecho inexacto ha recaído sobre Harry y el contenido de su libro autobiográfico, luego de que una compañía aérea tuviera que salir a precisar que un vuelo mencionado en las memorias del príncipe sencillamente no existe.
Según relata Harry en su libro, Meghan Markle y él debieron adquirir un pasaje en "primera clase, reservada y pagada por Meg" para sacar al padre de la duquesa, Thomas Markle, de México para trasladarlo al Reino Unido.
La determinación adoptada por los Sussex respondía a que supuestamente Thomas sería víctima de acoso periodístico. "Le dijimos, sal de México ahora mismo: un nuevo nivel de acoso está a punto de caer sobre ti, así que ven a Gran Bretaña. Ahora", escribió el príncipe en "Spare".
El problema es que, nuevamente, en el libro la imaginación activa de Harry cayó en una inconsistencia. La línea aérea mencionada, Air New Zealand, negó terminantemente que Thomas se haya subido a ese avión, porque ese vuelo no existe. Air New Zealand no tiene avión que haga la ruta de México a Gran Bretaña.
Otra inexactitud del relato es que la compañía de transporte también advierte que sus aviones no contemplan primera clase. "Solo tenemos Businnes Premier", precisó la empresa a New Zealand Herald.
La cuestión fue más allá. Air New Zealand tomó la imprecisión con humor y a través de un twett comunicó: "Presentamos #SussexClass. Aparentemente llegará pronto". No obstante, la recepción del tweet con intenciones humorísticas fue considerada por muchos usuarios de la plataforma como "una falta de respeto" o "una intromisión innecesaria en un tema ajeno".
Luego de conocerse la versión de la compañía aérea, surgió un antecedente en defensa del relato de Harry. Según un informe de Stuff NZ, durante la pandemia Air New Zealand realizó vuelos entre Los Ángeles y Londres. Entonces, señala el sitio, puede que Meghan haya comprado boletos a Air New Zealand de México a Londres, con United Airlines, que es socio de la compañía neozelandesa, para trasladar a su padre de México a Los Ángeles, donde pudo haber hecho una conexión en un vuelo neozelandés hacia la capital de Inglaterra.