Luego de muchas especulaciones sobre si la reina Isabel asistiría al memorial del Duque de Edimburgo, finalmente sí apareció este martes para recibir a su familia y a representantes de distintas Casas Reales, quienes viajaron para rendirle homenaje al príncipe Felipe a casi un año de su muerte.
La monarca arribó a la Westminster Abbey portando un detalle que demuestra el amor que tiene por su fiel compañero a través de una joya: un broche con un significado especial para la pareja.
La reina Isabel II, portó prendas color verde olivo, el color oficial de Edimburgo y portó el pasador en magenta y dorado llamado Grima Ruby Brooch, que fue un regalo personal que el Príncipe Felipe le hizo.
La joya está hecha con rubíes reciclados y diamantes, empotrados en oro amarillo en forma de una flor, fue creado por el célebre joyero Andrew Grima y adquirido por el duque de Edimburgo en 1966, incluso Grima obtivo el premio Duque de Edimburgo por su diseño elegante.
El príncipe se lo regaló a la monarca 19 años después de su boda y lo ha usado en ocasiones muy importantes, como cuando se tomó el retrato de las bodas de platino de la pareja en 2017, para el cual la Reina posó junto a su marido llevando el broche sobre un exclusivo vestido blanco.