
Pese a que hoy en día conocemos muchos secretos de la realeza británica que han salido a la luz por los escándalos de diversos miembros de la familia real, todavía hay muchos enigmas que seguramente nunca se llegarán a conocer, como el que posee la reina Isabel II en su anillo de bodas.
La joya que la soberana nunca se ha quitado desde su boda con el príncipe Felipe de Edimburgo, el 20 de noviembre de 1947, el primer enlace real transmitido en vivo a todo el mundo que logró tener una audiencia de más de 200 millones de espectadores, guarda un significado muy romántico.
El anillo de oro que tiene un precio invaluable por lo que representa, no le costó nada al duque de Edimburgo, ya que fue hecho de una pepita de oro que recibió como regalo del pueblo de Gales.

De acuerdo a la escritora Ingrid Seward, autora de Prince Philip: A Portrait of the Duke of Edimburgo, una biografía autorizada del marido de Isabel II, Felipe le pidió al joyero que grabara dentro una inscripción que nadie, excepto él y la propia reina, conocen.
"La reina nunca se ha quitado el anillo, de ahí que nadie haya podido ver nunca qué fue lo que el duque puso dentro del mismo. Los únicos que conocen ese secreto son la reina, su marido y el maestro que grabó la petición de Felipe", indicó la especialista en realeza.







