Celebridades

El lamentable final de las damas de compañía de la reina Isabel II

Desde el fallecimiento de la monarca y la asunción del rey Carlos III, las asistentes personales viven su propio calvario

Las damas de compañía de la reina Isabel II no solo extrañan a quien fuera su venerada jefa durante décadas en el castillo de Windsor. Ahora temen que con el cambio de monarca, su destino como funcionarias de confianza de la realeza británica pase a un segundo plano, en el mejor de los casos.

Encargadas de asisitir en una diversidad inimaginable de tareas a la reina Isabel II, desde las que oficiaban como ayudantes para vestirla, maquillarla y peinarla, hasta colaborar en labores propias de orden y aseo de los espacios personales de Su Majestad y acompañarla en diversas actividades sociales y familiares, las damas de compañía han quedado a la evaluación que está haciendo el rey Carlos III sobre la continuidad de las funciones.

Pero el nuevo monarca ya ha adelantado que el ajuste de los puestos de trabajo en el castillo de Windsor disminuirá drásticamente. Versiones de fuentes administrativas han señalado que la cantidad de personal será reducido en un cincuenta por ciento, aproximadamente, antes de fin de año.

La situación se ha tornado insostenible en cuanto a clima laboral. El complejo momento económico que vive el Reino Unido más la determinación de Carlos III respecto a achicar la planta de trabajadores, como una muestra de la austeridad con la que quiere caracterizar su administración, tienen al personal viviendo un calvario.

Carlos III ya despidió a un centenar de personas de su antigua residencia oficial, Clarence House, y el palacio de Windsor, desde la muerte de la reina Isabel II en septiembre pasado, es prácticamente una "casa fantasma". Tanto el rey como la reina consorte Camila han decidido no ocupar la residencia de Isabel II, y es en ese contexto que las damas de compañía de la desaparecida monarca, que se calcula pueden llegar a la treintena de trabajadoras, ingresan a una nómina injustificable en relación a su actual carga de trabajo.

La decisión de despedir a las asistentes de Isabel II es irrevocable, y solo no se ha adoptado porque el rey Carlos III quiere incluirlas dentro de un pack de desahucios laborales que demuestren que "la economía de guerra" que han planteado las autoridades británicas también tiene su correlato en la realeza, y que los ajustes de personal serán tan profundos como la crisis financiera que viven los ciudadanos del Reino Unido.

Tags

Lo Último

Más Noticias