Una de las figuras de la realeza más cercanas a la difunta reina Isabel II fue su hija Ana (72), quien heredó parte de la colección de joyas que tenía la ex monarca. Entre estas, un broche de zafiro y perla, el cual fue usado anoche por la princesa real en una cena que tuvo con Yoweri K Museveni, el presidente de la República de Uganda.
Gran parte de su carrera, la princesa se ha dedicado a recorrer el mundo participando en organizaciones benéficas en los países más necesitados. Y como parte de su primera gira desde que su madre murió, Ana ha viajado al país africano junto a su esposo, el Sir Tim Laurence (67) para cenar junto al presidente del país, quien estuvo acompañado por su hija.
La princesa Ana usó un vestido de seda azul que acompañó con la joya de su madre para rendirle un pequeño homenaje. Si bien, el broche fue parte de la herencia que la reina Isabel II le dejó a su hija, el zafiro forma parte de una larga tradición real.
La joya que la princesa Ana heredó de la reina
El broche que usó la hija de Isabel II fue adquirido por primera vez en 1866 por la princesa Alejandra de Dinamarca, quien fue consorte del rey Eduardo VII, y fue un regalo de bodas para su hermana, la emperatriz de Rusia María Feodorovna.
Sin embargo, tras la muerte de la emperatriz en 1928 la reina María de Teck compró la joya por 2.375 libras esterlinas, y cuando Isabel II llegó al trono fue heredado, y usó el accesorio en múltiples ocasiones a lo largo de sus más de 70 años a la corona. Según informa el sitio Crisscut Magazine, se estima que el valor actual del broche supera los 500 mil dólares.